Sólo cuando nos damos cuenta de la verdad oculta en un hecho, nos parece que somos objetivos. Pero, ¿Y si esa objetividad fuera ficticia, producto de nuestra propia subjetividad? ¿Realmente podemos analizar con frialdad una situación y elegir el camino correcto, o estamos condenados a la subjetividad del desconocimiento?