La palabra perfección, como todas las palabras, ha ido perdiendo y difuminando su significado a medida que la gente la usa y la desgasta, para ramificarse así en muchos otros significados distintos.
Normalmente entendemos perfección como un ente que posee, de entre todas, las mejores cualidades y que carece de defectos. Y sí, podemos decir que esa perfección absoluta no existe. Sin embargo, existe una aproximación al ideal de perfección, y éste último a su vez es un concepto variable e individual (puesto que las cualidades que designan esa perfección son tan relativas como sujetos hay).
Sin embargo, podemos referirnos a algo perfecto como aquella cosa que encaja a la perfección (valga la redundancia) en un determinado contexto o situación. Por lo tanto, en este caso la misma palabra perfección ha perdido parte del significado que se expone más arriba para pasar a ser el objeto adecuado. (Porque nadie nos dice que el hecho de poseer las mejores cualidades sea siempre la opción más adecuada).
Normalmente entendemos perfección como un ente que posee, de entre todas, las mejores cualidades y que carece de defectos. Y sí, podemos decir que esa perfección absoluta no existe. Sin embargo, existe una aproximación al ideal de perfección, y éste último a su vez es un concepto variable e individual (puesto que las cualidades que designan esa perfección son tan relativas como sujetos hay).
Sin embargo, podemos referirnos a algo perfecto como aquella cosa que encaja a la perfección (valga la redundancia) en un determinado contexto o situación. Por lo tanto, en este caso la misma palabra perfección ha perdido parte del significado que se expone más arriba para pasar a ser el objeto adecuado. (Porque nadie nos dice que el hecho de poseer las mejores cualidades sea siempre la opción más adecuada).
2 comentarios:
¿Escribirás más?
No sé, nunca lo he hecho..
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